dilluns, 16 de març del 2015

Educación y baja tolerancia a la frustración... ¿Te suena?


Una vez cubiertas nuestras necesidades básicas, cuando sólo sabemos comunicarnos mediante el lloro o empezamos a hablar (de los 0 a los 3 años más o menos), viene otra etapa, dónde ya expresamos deseos a partir de los 3 hasta los 6 años.


Ya no es el hecho de tener sed, sino el querer beber un zumo en lugar de agua, por ejemplo.

Una vez ya sabemos expresar los deseos, es el turno de nuestros padres y cuidadores (familiares, abuelos y abuelas, tíos y tías...) de poner límites.

Los límites son buenos para aprender que no somos el centro del mundo, desarrollar la paciencia, respetar a los demás, tener autocontrol...

Si de pequeños cuando pedimos cualquier cosa:

- "Quiero ir a jugar."

- "Dame chocolate."

- "Quiero ver la tele."

...O un helado, un juguete, ir al parque...

nos lo dan todo en el momento, no estamos aprendiendo la molestia de tener que esperar, que haya otras prioridades que nosotr@s o que no sea el momento adecuado para ese deseo.

Las consecuencias de la falta de límites en la educación pueden ser muy malas.



La tolerancia a la frustración se desarrolla desde la infancia y como podéis imaginar, una persona a quién no le han puesto límites, no está acostumbrada a esperar, a entender que las cosas no siempre son como un@ quiere...

La poca tolerancia a la frustración provoca que, ante cualquier incomodidad, nos desmotivemos y abandonemos nuestras metas y proyectos.

Que nuestros deseos pierdan importancia.


Las personas que no han desarrollado la tolerancia a la frustración, creen normalmente que la vida debe ser fácil, placentera, sin problemas...

Y generalmente, por experiencia propia y much@s de l@s que leéis también sabéis, sabemos que no es así.

La vida está llena de sorpresas agradables, desagradables, las cosas no siempre son como nos gustaría que fueran... Y se trata de ir aceptando lo que viene y buscando maneras de superar las cosas.

A veces los recursos propios y del entorno son suficientes, otras veces hace falta un apoyo externo...

En el próximo post de esta serie relacionaremos la Educación con la Felicidad.

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