dimecres, 22 de juliol del 2015

El poder de la percusión

El pasado mes de mayo se realizó la segunda edición de Més Que Ritmes de Gavà, organizado por Sonaquetomba, un grupo de percusión de esta ciudad.

En la programación había actividades para todo tipo de público e intereses. Algunas de ellas muy interesantes en lo que a dinámicas de grupo se refiere.

Pude comprobar la potencia que hay en una actividad en teoría improvisada (Jam Session de percusión), donde un grupo de personas escoge un instrumento y se ponen a tocar al son del grupo, liderado por un profesional. Personas que posiblemente no han tocado ningún instrumento de percusión en la vida, algunas de las cuales incluso con poco ritmo, pero todas ellas tocando algo con sentido, con una sonrisa tremenda en los labios, a pesar del calor y del esfuerzo por seguir los gestos del líder. Me pareció una metáfora y una demostración espectacular de cómo nos comportamos trabajando en equipo, de lo importante que es la motivación, de cómo se puede forjar un todo más grande que la suma de las partes, y lo importantísimo que es que el líder tenga ciertas competencias.

El "director" (LLuis Molas) marcaba ritmos diferentes según los grupos instrumentales, transmitiendo entusiasmo y vitalidad con sus gestos, e incluía su ritmo personal, que a pesar de ser realmente diferente al resto, era lo que cohesionaba y daba sentido a la globalidad. Daba pie a la demostración personal de cada uno, y al que despuntaba, le motivaba a esforzarse, dándole protagonismo y libertad de movimiento, sin descuidar al resto. Era sensible a las habilidades personales y sabía quienes podían dar más de sí haciendo un solo, y quién daba lo mejor de sí mismo en grupo con los compañeros sin que se sintieran por ello menos reconocidos. Todos tenían su papel, todos tenían su rol, y todos estaban motivados. Una maravilla.



Durante mi participación en la actividad del Drumcircle (un enorme círculo de personas con instrumentos de percusión, y en cuyo centro se ponía un dinamizador), pude comprobar algunos aspectos más personales de la colaboración y no colaboración en trabajo de equipo. Una hora al sol da para mucho, incluso para el agotamiento y desesperación "por-favor-que-se-acabe-ya-que-muero-aquí-mismo". La efusividad de los primeros momentos, lo rápido que pasa la vergüenza y pasas a ser parte de un todo, la motivación, lo fácil que es detectar y chirriar que no vas al son, y lo rápidamente que cambias de ritmo para continuar colaborando, el buscar modelos semejantes a los lados sin perder de vista al líder, lo desplazado que te sientes cuando paras un rato, los juicios de valor que te sobrevienen en ese momento con respecto al resto, y lo rápido que necesitas volver a subirte al carro...


En una actividad tan larga es normal que cambiaran de dinamizadores, y éste era otro punto interesante. Se podía comparar quién conectaba con cada uno de los líderes, con qué tipo de líder se motivaba más la gente, lo fácil que era crear confusión si no era un liderazgo claro, y la discontinuidad que se producía durante los cambios aunque ellos pretendieran que fuera ágil y fluido.

Me hizo reflexionar en muchos aspectos y ciclos por las que pasan las organizaciones, y constatar que es realmente difícil conseguir mantener la motivación de todos, que el líder mantenga la misma energía y sea ejemplo y sea partícipe de todo el equipo; y lo complicados que son los cambios y el periodo necesario de readaptación en el que parece que todo se va al carajo...pero resurge la emoción.

De hecho, estas actividades se ofrecen a las empresas, y creo que es una actividad mucho más interesante que salir a pegarse tiros de pintura o competir con karts. Se puede aprovechar la dinámica con una observación propia y externa más concreta, y la recomiendo enérgicamente. Para el participante es muy amena, no hace falta "saber", y se trabajan las emociones más "primitivas" con ritmos y percusión.

Precisamente por esta característica tan emocional e intrínseca puede conocerse uno mismo a nivel personal. Tuve la gran suerte de poder asistir al "Viatge sonor a través de la percussió" que ofrecía Solmat, y quedé impresionada del poder que tiene la musicoterapia...sólo hay que tener el ánimo que afloren hasta las emociones más terribles...pero eso forma parte de la intimidad de cada uno...Es impactante, y el resultado muy positivo.

Un área muy interesante a estudiar, practicar, y experimentar. Cotillea en los links y...nos vemos en la próxima edición del Més Que Ritmes!! :)

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