Hoy en día es una situación que va
en aumento, ya sea por la diversidad en las familias o por cuestiones de
infertilidad. Todos conocemos a parejas en esta situación, si no lo
hemos vivido o estamos viviendo nosotros.
No
es fácil encontrar la persona adecuada, no es fácil ponerse de acuerdo
con ella en tener la descendencia deseada y alinearnos, que cuando llega
el momento y todo viene de cara...descubrimos que no podemos.
Sería
ingenuo pensar que no nos afectará como a personas, o que no afectará a
la pareja, y en consecuencia, a la propia relación de pareja.
Va
pasando el tiempo, y no se cumple el objetivo. Aumentan las ansiedades,
y la relación de pareja se va enturbiando en muchos casos.
En
estos casos, tener empatía, entender al otro, y ponerse como objetivo
salir reforzados de la crisis (somos uno y saldremos adelante los dos)
es importantísimo. Y muy difícil. Entre otras cosas porque el estrés y
la ansiedad es un padecimiento muy personal que nos hace centrarnos en
nosotros mismos en demasía y nos alejamos del otro, incluso nos hace
dudar de si realmente la decisión ha sido la acertada o no.
Todo
tratamiento de fertilidad debería llevar asociado un acompañamiento
psicológico por lo que comporta, las dificultades del proceso, el tiempo
prolongado, y posibles fracasos consecutivos.
Es habitual que cuando se está planteando este tema, haya una presión social al respecto, como ya se ha comentado en un post anterior. Siempre habrá quien pregunte cuándo piensas tener un hijo, cuándo vas a tener el segundo hijo, que juzgue si estás perparad@ o no para ello, que diga que ya eres demasiado mayor, o demasiado menor, o que con esa pareja tal, o que la adopción cual…
Recibir
este tipo de inputs o comentarios puede ser más o menos molestos
durante la etapa de la decisión, pero se agrava en el caso de que no sea
tan fácil que llegue el ansiado bebé. Cada comentario puede resultar
una punzada para aquella persona que lleva ya un tiempo intentando
agrandar la familia, e incluso las respuestas (o justificaciones) pueden
significar un verdadero esfuerzo por parte de los no-aun-padres-madres.
Es
normal que surja esta conversación en nuestro entorno, puesto que somos
seres que vivimos en comunidad y generamos lazos estrechos entre
nosotros. Importamos mucho a muchas personas. Hay personas que se
interesan, y se preocupan por nosotros. No deberíamos de convertir este
hecho en un tabú. Es un proceso cargante, pero un proceso que podemos
compartir con aquellas personas que consideramos cercanas. Cerrarnos no
nos ayuda.
Tampoco
ayuda tener que estar dando explicaciones a todo el mundo
continuamente, por lo que tener una buena frase de respuesta para protegernos de las presiones externas. Es mejor elegir con quién compartir y evitar el tabú.
Yo conozco a...
Tendemos
a decir "la nuestra" a personas que creemos que están pasando por esta
situación, sin saber muy bien cuáles son sus expectativas y ansiedades,
priorizando lo culturalmente aceptado y nuestras propias experiencias,
lo que puede concluir en rechazo o incremento de estrés en la otra
persona, si no indiferencia.
Si
crees conocer a alguien que esté pasando por estos momentos, y quieres
tratarlo con esa persona directamente (y no es tu pareja):
- Espera a que la otra persona sea quien saque el tema. No insistas en sacarlo tú. Y menos aconsejando cuando no te han pedido consejo.
- Si crees que se ha convertido en un tema tabú y eres de las personas más allegadas, puedes plantearlo, pero de manera objetiva y con mucho tacto, aprovechando alguna conversación. Puedes preguntar a colación de algún nuevo nacimiento próximo, o explicando tus propias expectativas en este tema, por ejemplo, si tiene pensado tener o no tener hijo/s . Siempre sin presión y sin juicios.
- Déjale hablar. Escúchale. Observa (ya sabes que la comunicación no verbal dice mucho). Es posible que te corte tajantemente. Si es una molestia, es mejor no seguir. Acéptalo, y dale a entender que no pretendías ofender, tan sólo saber si había alguna expectativa clara, ya que hoy en día no se puede presuponer nada. Y no te ofendas por ello. Puede que no sea el momento. Si la otra persona considera importante el tema, y cree que eres alguien adecuado para comentarlo, lo sacará en otra ocasión.
- Si te explica su caso, NO JUZGUES. Es su historia, es su realidad. Puedes quitar hierro al asunto, pero no ponerlo. Son temas delicados y estresantes.
- A veces con el simple hecho de realizar escucha activa, empatizando, la tensión en la otra persona decrece y ya la estarás ayudando.
- Dale todo el apoyo que puedas darle. Hazlo evidente. Si has acertado al pensar que es un tema importante en su vida, te lo agradecerá.
Para cualquier duda o consulta: contáctanos
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